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La nueva-vieja cuestión de la integración – El Mercosur (página 2)



Partes: 1, 2

Valor de la complementariedad de la
élite: El nivel en que los grupos de
élites dentro de las entidades que se integran piensan
igual, es de considerable importancia, por tanto dependerá
mucho de las élites el grado de integración al que se quiera llegar. Sin
embargo se sostiene también que las élites que han
trabajado juntas eficazmente en una situación
transnacional, puedan propiciar políticas
divergentes que no conducen a la integración. Esto
último se debe a que los burócratas nacionales son
cautos ante la integración por la posible pérdida
de control nacional.
[7]

Existencia de pluralismo: Mientras mayor es el
pluralismo en todos los Estados miembros, mejores son las
condiciones para la integración. Esta es una falencia que
está presente en MERCOSUR ya que
"la diversidad en América
Latina es el resultado de divisiones que se han originado en
el marco del propio proceso de
desarrollo y
de una cultura
fuertemente discriminatoria. A la diversidad cultural,
geográfica y de recursos, el
desarrollo añade mercados
segmentados; diferencias educacionales, diferencias salariales y
de acceso a las oportunidades; distinto acceso a la información, concentración del
poder
político, social y económico; elites divididas por
distintas concepciones sociales, diferencias de credos
religiosos, etc., todo lo cual tiene como reacción natural
la intolerancia, considerada esta ultima como el extremo opuesto
del pluralismo".[8]

Capacidad de los Estados miembros de adaptarse y
responder: Cuanto más alto es el nivel de estabilidad
interna de las unidades y mayor el grado de gobernabilidad,
más probable es que puedan participar eficazmente en una
unidad integrativa mayor. Este planteamiento es significativo si
revisamos las variables
presentes en los países de MERCOSUR y en general de
América
Latina, entre las que podemos mencionar la gobernabilidad, el rol
de los partidos políticos, la inestabilidad y el caos
económico, lo que nos permite señalar que
aún con instrumentos jurídicos adecuados, existe un
desfase permanente entre los objetivos de
integración y su concreción. [9]

Es interesante señalar que el proceso de
integración  de los países que conforman el
Mercosur se encuentra más avanzado en los aspectos
económicos antes que en los políticos, sin embargo
la voluntad política es
fundamental en el desarrollo y fortalecimiento del proceso,
incluso podemos sostener que una integración real necesita
de un proyecto
político capaz de sostenerla, ya que es indiscutible que
la integración
económica y social afecta necesariamente a entidades
políticas soberanas, por lo que algunos autores plantean
que la integración es un fenómeno esencialmente
político cuya consecuencia es económica y
social

Dentro del concepto
integración nos referiremos a la 
Integración económica, por el cual
volvemos a recurrir a J.C. de la Vega quien expone "Es un
sistema 
por el que se instrumentan medidas  necesarias tendientes a
suprimir los impedimentos que separan  a las
economías de dos o más estados, con el fin de
actuar en forma coordinada  y complementaria.

Para lograr una integración económica amplia se
ponen en práctica las siguientes medidas:

A)                
Se suprimen los derechos aduaneros entre los
países integrados

B)                
Se adopta  una política común en materia de
aranceles
aduaneros con referencia a productos que
ingresan desde estados que no participan de la
integración

C)                
Se permite la circulación  irrestricta  de
capitales, servicios y
personas de los estados miembros

D)                
Se planifica la actividad económica en forma coordinada y
complementaria en toda la región." 
[10]

Para analizar esta situación, nos apoyaremos en la
tesis que
plantea Holzmann quien postula la existencia de tres tiempos
distintos dentro de un proceso de integración, cada uno
con diferentes grados de avance: Tiempo
económico, definido por la velocidad del
intercambio; Tiempo jurídico-institucional, definido a
partir de la estructuración formal de esquemas de
integración que dan la necesaria
institucionalización jurídica al intercambio
comercial; y Tiempo político, definido a partir de la
conformación de una voluntad política manifiesta de
los Estados con capacidad de concretar efectivamente una
integración con objetivos comunes.[11]

A estos tiempos postulados por Holzman, incluimos el tiempo
histórico en el cual se evidencian los intentos de
integración en el período que transcurre desde
principios del
siglo XIX, coincidiendo con la gesta emancipadora americana,
hasta la concreción del MERCOSUR, siendo este
trayecto  nuestro objeto de análisis.

Por ello sostenemos que el Mercosur es la consecuencia de
un largo proceso de integración, desde su primer
antecedente en el pensamiento
bolivariano, atravesando los intentos truncos desde 
el  inicio del siglo XX, hasta su concreción en el
año 1991
.

Para ello se analizará, en primer lugar, el pensamiento de
Bolívar, Artigas y Monteagudo respecto a la necesidad
de integración americana. En una segunda instancia, 
se examinará  lo que hemos denominado lo bosquejos
fundacionales que abarca desde comienzos de 1900 hasta la
década del 80. Y  finalmente se reflexionará
sobre la situación actual del MERCOSUR.

Los abatares de la integración, del MERCOSUR,
serán analizados en el presente escrito desde la
perspectiva Argentina, por ello insistimos  en que es
sólo una mirada, de las muchas con que se puede abordar el
tema.

Recorriendo

El pasado de la integración

La nación
latinoamericana, como proyecto empeñosamente reiterado
desde la emancipación hasta el presente, sólo
podría encontrar su posibilidad real y su racionalidad
histórica, en cada uno de los recortados fragmentos del
continente que, constituidos ya como naciones, no podrían
dejar de aportar a la comunidad
latinoamericana el caudal de cada irrenunciable memoria colectiva
y de cada específica autoconciencia.

No se puede entender el integracionismo
continentalista desatendiendo el papel que en ellas cumple los
Estados nacionales, puesto que sus sociedades
civiles surgen en el proceso de centralización del poder soberano a partir
de las emancipaciones independentistas.

Gesta
Emancipadora

Los orígenes del americanismo
preexisten a la creación de los estados revolucionarios.
Se ha dicho que no puede parecer insólito que, atendiendo
a la génesis y puntos de partida de la conciencia
nacional hispanoamericana, ésta la encontremos
profundamente arraigada en el concepto de que América
forma parte esencial de la unidad del imperio, y aún, de
la unidad de la nación
española. De este modo, y contradiciendo la realidad de la
colonización económica, de la explotación
social y de la coerción cultural, la superestructura
jurídica del imperio y sus instancias
ideológico-políticas se esforzaban por implantar el
concepto de la igualdad de
todos los súbditos ante la Corona. Así, a
través de esta mediación ideológica el estado
imperial intentaba difuminar los regionalismos existentes, los
nacionalismos nacientes y la explotación de las diversas
clases trabajadoras.

Se despliega en dicho proceso una
dialéctica multipolar entre ciudad y región,
nación y clase,
constitución y pueblo, unidad y
federación, hasta asumir una proyección
continental. La idea de Nación aglutinó aquí
una heterogénea composición interna que
encontró simbólicamente en el "continente" su
primer principio de unificación social. Según
Soler, lo que tiene lugar en el proceso independentista es la
dialéctica de una conciencia nacional que rebasa las
propias determinaciones de clase de los grupos criollos que la
impulsaron originalmente. Así, el radicalismo
pequeño-burgués actuó "desde arriba" por
medio de la
organización de la lucha armada de los
ejércitos insurgentes, concentrando el poder
ejecutivo del aparato estatal y proyectándose
ideológicamente hacia la confederación
hispanoamericana. Por ello es que desde las luchas emancipatorias
independentistas todos los grupos
sociales reivindicaron la soberanía como programa
unificador común, pre-constitucional, en torno a la idea
de una Nación supra-regional. Y esta sobrevive como
conciencia programática proyectada desde el pasado. Como
colorario: el sueño continental de la "Patria Grande"
tiene su raíz histórica en los idearios
independentistas. [12]

Pensamiento Bolivariano: La Patria
Grande

Los levantamientos tupacamaristas
tuvieron un contenido revolucionario y a la vez integracionista y
unificador de los sectores populares (indígenas, negros,
mulatos y zambos, criollos pobres, bajo clero) proyectados en
sentido nacional y continental. Pero la soberanía popular
latinoamericana encuentra a partir de Bolívar su
unidad programática fundacional, que San Marín
refrendaría en la praxis
concreta de sus campañas libertadoras. Es 
Simón Bolívar quien  elabora un pensamiento
político centrado en los valores de
la Igualdad, la Libertad, la
Soberanía popular y la Independencia
nacional. [13]

 Habló de la gran
nación que ha de ser  garantía de equilibrio en
el escenario mundial en que han primado los enfrentamientos entre
las potencias. Planteó también la necesidad de una
institucionalidad política propia para la condición
de un país joven pero digno y que mira al futuro;  se
enfrentó a los imitadores europeizados y americanizados.
Insistió en un gran sistema de educación amplio y
propio que fomentara a través de la actividad de los
talleres, el espíritu de trabajo y
creatividad de
los jóvenes de la gran Colombia.
Por  su voluntad de unificación hace que procure
incorporar a su proyecto nacional a las capas criollas acomodadas
junto a la masiva incorporación de los sectores populares
que participaron de las guerras
independentistas, con el fin de superar el atomismo reinante tras
la emancipación de la colonia. La idea bolivariana de la
integración americana se concebía como una
confraternidad de naciones y como ampliación de la
ciudadanía a los grupos étnicos y a
las capas sociales más postergadas.

El idealismo
anfictiónico bolivariano no sustantivaba la
formación de un único mercado
compartido. Todo lo contrario, sus esfuerzos estaban encaminados
al plano superestructural. Este proyecto vivirá su momento
de apogeo en el Congreso de Panamá[14]
(1826) y con avances y retrocesos caducará luego del
fallido Congreso de Lima (1864) .Los Estados de la Región
deberán esperar mejores épocas para plantearse el
tema de la unidad.

En las postrimerías de la 
vida de Bolívar, su obra política se
derrumbó por la tenaz oposición de la clase
dirigente. Esta traicionó su sueño y lo condujo al
destierro en Santa Marta, Colombia, donde finalmente murió
el 17 de diciembre de 1830. [15]

Artigas: Una federación de
autonomías

Es con el antigüismo que se
logró elaborar una concepción de la democracia
americanista de rasgos propios. Artigas reelabora las doctrinas
del contractualismo en su vertiente roussoniana y le imprime un
contenido novedoso proveniente de la cultura de la campaña
y sus sectores populares. La organización nacional proyectada por
Artigas obedecía a una construcción progresiva de individuo,
comunidad y federación.

Artigas era partidario del gobierno
republicano basado en el respeto a la
autonomía de las provincias, planteando la necesidad de
establecer un contrato social,
pero no en el sentido del resguardo del libre goce de la propiedad
privada individual, sino como un contrato entre
comunidades, estados o regiones, para la salvaguarda de la
independencia nacional. [16]

B. Monteagudo: Teoría
contractualista en América

En Bernardo Monteagudo encontramos una
teoría contractualista y un ideario de unión
americanista programáticamente expuesta en sus
lineamientos fundamentales.

Monteagudo tenía en mente dos
grandes propósitos que guiaban su proyecto de una liga
confederada de naciones americanas: garantizar la
pacificación interna y consolidar la soberanía
externa. Filosóficamente lo orientaba la tradición
del gran pensamiento político de la modernidad: la
salida contractualista del "estado de
naturaleza"
representado por la amenaza de disgregación hobbesiana del
cuerpo social bajo la guerra civil,
mediante un pacto fundamental. Una vez conquistado el estado
civil jurídico-político de cada nación, era
necesario unificar continentalmente la América con el fin
de instaurar el estado de paz y libertad para la liga confederada
de los pueblos, y para hacer valer su soberanía frente a
los deseos expansionistas o restauracionistas
europeos.

En vistas de estos objetivos Monteagudo
escribía: "La paz interna de la confederación
quedará igualmente garantida desde que exista una asamblea
en que los intereses aislados de cada confederado se examinen con
el mismo celo e imparcialidad que los de la liga entera. No hay
sino un secreto para hacer sobrevivir las instituciones
sociales a las vicisitudes que las rodean; inspirar confianza y
sostenerla. Las leyes caen en el
olvido y desaparecen los gobiernos luego que los pueblos
reflexionan que su confianza no es ya sino la teoría de
sus deseos. Más la reunión de los hombres
más eminentes por su patriotismo y luces, las relaciones
directas que mantendrán con sus respectivos gobiernos y
los efectos benéficos de un sistema dirigido por aquella
asamblea, mantendrán la confianza que inspira la idea
solemne de un congreso convocado bajo los auspicios de la
libertad, para formar una liga a favor de
ella.".[17]

Bosquejos
fundacionales

-1909 -1916

Uno de los proyectos de
integración económica más serios se remonta
a 1909, cuando un grupo de
políticos y empresarios argentinos proponen la
creación de la Unión Aduanera del Sud.
[18]

Argentina, Brasil y Chile
firmaron el 25 de mayo de 1915 en Buenos Aires el
Tratado de Cordial Inteligencia
Política y Arbitraje.
[19]

Los parlamentos de Brasil y Chile
aprobaron el Pacto, conocido como Tratado del
ABC[20] y en 1916 el Congreso Argentino
debatió este tratado, el cual fue aprobado en el Senado
pero la Cámara de Diputados lo rechazó.
[21]

-De Pinedo a Perón

En el transcurso de los gobiernos
neoconservadores de la década de 1930, Federico Pinedo
retoma el tema de la Unión Aduanera del Sud e insiste en
la idea de que un mercado ampliado por la integración con
países vecinos puede favorecer el desarrollo de industrias de
exportación, y lo efectiviza en su
presentación en favor de la Unión Aduanera de Sud
América del 26 de junio de 1931. Pinedo preconiza a
favorecer la integración de las economías de los
países de América del Sur.

  La política exterior del
gobierno peronista utilizó diversos cursos de acción
para lograr su objetivo de
acrecentar el poder de Sudamérica bajo liderazgo
argentino. Los medios de que
se vale, técnicos y políticos de acuerdo con su
programa de integración, son la búsqueda de la
unión aduanera, la coordinación de las relaciones exteriores,
la solidaridad en el
ámbito de los derechos económicos y sociales y en
el ámbito de las relaciones bilaterales.

  El punto de partida es la
inteligencia brasileño-argentina en vísperas de las
elecciones que llevarán a Vargas, nuevamente, a la primera
magistratura de su país en 1950.

  El gobierno peronista,
intentará llevar a cabo una política de
integración, en un primer momento, en base a un acuerdo
con el varguismo y más tarde, atento a la reticencia y
rechazo brasileño, mediante la denominada unión
económica con otros Estados sudamericanos.

  El tráfico mercantil
 estaba orientado, principalmente, hacia Europa y Estados Unidos.
La unión aduanera se acordará con Chile, Paraguay,
Ecuador y
Bolivia,
estados de un menor grado de desenvolvimiento económico,
con el propósito de reorientar el comercio hacia
Sudamérica. Perón expresará: "América
del Sur desea unirse, tal como lo permiten los estatutos de
ONU
(Organización de Naciones Unidas)y
de OEA
(Organización de Estados Americanos) y tal como se
están organizando, con rótulos y realidades
progresivas, los Estados de Centro América y los Estados
de Europa Occidental…".

  El presidente Perón
entendió que la manera apropiada de llevar a cabo una
política relativamente autónoma en el contexto
internacional, entonces vigente, era a través de una
alianza con Brasil, Chile y demás países de
Latinoamérica.

  El primer plan,
unión con Brasil y Chile, fracasará por las
dificultades internas del varguismo. La cerril oposición
política que soportaba y la continuación de la
política de desarrollo industrial con la
colaboración de Estados Unidos, llevarán al
presidente brasileño a desertar del plan comunitario que
superara la tradicional rivalidad brasileño-argentina en
Sudamérica. Vargas se verá asediado, cuando no
jaqueado, en lo que a política de poder en la
subregión se refiere, por el ejército (su estado
mayor jugará un actuación decisiva en el
desbaratamiento de la inteligencia Vargas-Perón); por la
opositora UDN y por cierta prensa, quienes
razonaban que una alianza con Argentina, en esa contingencia
histórica, implicaba transigir con su liderazgo en
Latinoamérica. En definitiva, la opción del
varguismo por una política exterior "alineada" no
sólo es resultado de las presiones de su frente interno
sino (quizás) de la convicción de que los recursos
financieros y el auxilio tecnológico requerido por Brasil
sólo podían ser provistos por la
administración con sede en
Washington. 

  En la década del 50"
comienzan las dificultades del peronismo. El
desenlace de la guerra de Corea (que disipa la posibilidad de una
Tercera Guerra Mundial)
añadido a la retracción de la producción agropecuaria, la
deserción brasileña apuntada y la escasez de
combustibles, conducirán a la política exterior
peronista a asumir una actitud
transigente hacia Washington. Es aquí cuando declinan los
ataques a Estados Unidos y se negocian convenios con importantes
empresas de
este país en consonancia con los planes de
sustitución de importaciones.
Sin perjuicio de ello, el gobierno argentino persevera en su plan
comunitario latinoamericano para contrarrestar su desigual
relación societaria con la potencia
hemisférica y es durante este período (1953-55)
cuando concierta los acuerdos de Unión Económica
favorecido por el ascenso al poder de Ibañez, Velasco
Ibarra y Paz Estenssoro, al que debe agregarse Getulio Vargas,
que si bien no se integra no se opone. Perú y Uruguay a
pesar de ser invitados a adherirse al Acta de Santiago desestiman
la propuesta. [22]

Década del
´60

En los años ´60, bajo la
influencia de las políticas desarrollistas que se daban en
la región se renovaron los intentos
integracionistas.

Durante la presidencia de Illia, en el
plano de su política exterior la integración
ocupó un papel central, aunque por ello recibió
muchas críticas, lo que quedó plasmado en el
artículo del diario La Prensa del 19 de abril de 1965,
titulado "La Integración, un salto al
vacío"

"El 6 de enero del corriente año
el nuevo presidente de Chile se dirigió por carta a cuatro
funcionarios internacionales de su elección, con el objeto
de encomendarle un trabajo trascendental. Se trataba de formular
con urgencia un plan audaz para acelerar la integración
latinoamericana…la iniciativa venía siendo
elaborada lentamente por la CEPAL (Comisión
Económica para América Latina)…cuando el
presidente Frei, dirigió su carta a los cuatro mentores
elegidos…la respuesta del poder ejecutivo argentino, se
contó entre las primeras y se distinguió por su
total coincidencia…no se redujo el presidente argentino a
esa conformidad general sino que ….agregó dos
sugestiones destinadas a dar a aquellas "órganos de mayor
poder de decisión política"
la creación
de un concejo de ministros, formados por los gobiernos que la
integran y esto otro, ya más sugerente también
creo haber llegado el momento de que nuestros pueblos
estén más íntimamente vinculados a
éste proceso de integración.
Para lo cual
estimo conveniente la creación de un parlamento
…(latinoamericanos) tendría la importante función de
estudiar e introducir en los parlamentos nacionales la
legislación apropiada para facilita el cumplimiento de los
objetivos fundamentales de la entidad…"[23]
En la presidencia de Arturo Frondizi se concretó la
experiencia de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio
(ALALC)[24] en 1960 (Tratado de Montevideo), sobre
la base de recomendaciones de la Comisión Económica
para América Latina, CEPAL.

Camino a la
concreción

En 1980 se firmó el nuevo Tratado
de Montevideo que estableció la Asociación
Latinoamericana de Integración (ALADI)[25], que eliminó las
exigencias del programa de desgravación aunque
fijó, sin plazo, la ambiciosa meta de un Mercado
Común regional. Este acuerdo regional suscrito en
Montevideo por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile,
Ecuador, México,
Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela,
tiene como propósito alcanzar un mercado común
latinoamericano, a través de un proceso progresivo de
"articulación y convergencia" de las iniciativas de
integración subregionales.

En l985 los gobiernos de Argentina y
Brasil, los primeros libremente electos después de
períodos con ausencia de democracia, enfrentaban la
necesidad de reorientar sus economías, esto llevó a
comprender que un proceso de reconversión y
expansión tendría más ventajas si era
encarado en forma conjunta.[26]

Sobre esta base a fines de l985 los
Presidentes Raúl Alfonsín de Argentina y
José Sarney de Brasil, ratifican la voluntad de encarar el
futuro en conjunto y con ello crean el marco político para
que se exploren caminos de acuerdo.

Una idea central era que este acuerdo
debía servir no para cerrarse sobre sí mismos, sino
para dar mayores oportunidades para que las economías de
los dos países y, en definitiva el conjunto, saliera a
integrarse al mundo.

Es así que en 1985 la Argentina y
el Brasil suscribieron la Declaración de Foz de
Iguazú, donde se sientan las bases para la futura
integración.[27]

¡Ya es un hecho!

El 23 de agosto de 1989 los presidentes
Carlos Menen de Argentina y José Sarney de Brasil se
reunieron para considerar el informe de la
Comisión de Ejecución del Programa de
Integración entre los dos países, conforme a lo
dispuesto en el Acta para Integración Argentino –
Brasileña.

El proceso de integración
continuó con el Acta de Buenos Aires, del 16 de julio de
l990, suscrita por los presidentes, Carlos Menen y Fernando
Collor de Mello, por el cual se establece un Mercado Común
entre la
República Argentina y la República Federativa
de Brasil el que deberá encontrarse definitivamente
conformado el 31 de diciembre de 1994.

A fines de 1990, representantes de ambos
países se reunieron con autoridades de Uruguay y Paraguay,
quienes expresaron su disposición para incorporarse al
proceso de integración que se estaba llevando adelante. Se
convino entonces en suscribir un acuerdo para crear un mercado
común entre estas cuatro naciones.

Todo este proceso tuvo incidencia en la
formulación del Tratado de Asunción, el cual fue
firmado el 26 de marzo de 1991 por los Presidentes Carlos Menen,
Fernando, Collor de Mello, Andrés Rodríguez y Luis
Alberto Lacalle Herrera y Cancilleres de Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay Guido di Tella, Francisco Rezek, Alexis Frutos
Vaesken, Héctor Gros Espiell. Suscribieron el Tratado de
Asunción, para la "constitución de un Mercado
Común" entre sus países. Se previó para ello
la elaboración de un programa de liberación
comercial, la coordinación de políticas
macroeconómicas y la puesta en vigencia de un Arancel
Externo Común, así como otras normas y
disciplinas comerciales, que entrarían en vigor a partir
del 1 de enero de 1995.

Entretanto, la zona de libre comercio se
perfeccionó de acuerdo al Programa de Liberación
Comercial contenido en el Anexo I del Tratado, que fijó
rebajas arancelarias progresivas, lineales y automáticas.
Paralelamente se acordó la eliminación de todas las
restricciones no arancelarias al 31 de diciembre de 1994. Las
ventajas principales de la unión aduanera para los
miembros serían: por un lado, aprovechar la
eliminación de las trabas al comercio entre los
países miembros a fin de aumentar los intercambios, al
tiempo de permitir inversiones
que atiendan un mercado más amplio. También pueden
beneficiarse con el mayor peso que el conjunto tendría en
las negociaciones con otros países o
agrupaciones.

La forma definitiva que adoptó el
bloque surgió del Protocolo de Ouro
Preto, acordados en diciembre de
l994.[28]

 Corre el reloj para el
MERCOSUR

El MERCOSUR, ha seguido una línea
de apertura hacia otros bloques comerciales, prueba de ello fue
la firma del Acuerdo marco de cooperación interregional,
entre MERCOSUR y la Unión
Europea, el 15 de diciembre de l995, en Madrid.

En la X Reunión de Consejo del
Mercado Común realizada en San Luis el 25 de junio de 1996
se firmó el Protocolo de Adhesión de Bolivia y
Chile. Estos dos países son  miembros plenos del
MERCOSUR, al haber   concluido el proceso de
transición acordado.

La integración regional fue
avanzando y lo que le da credibilidad a la ciudadanía, es
que cada uno de los países miembros mantiene un
régimen democrático y este se consolida con la
integración.[29]

Actualmente la composición del
MERCOSUR se ha ampliado, puesto que Venezuela se ha incorporado
como miembro asociado. Al respecto opina el presidente
Hugo
Chávez Frías "el reto que tenemos es reducir
la pobreza
incrementando, al mismo tiempo, la democracia y allí
confío plenamente en lo que se ha dicho en
MERCOSUR"… El papel integracionista que viene cumpliendo
el MERCOSUR dentro de los pueblos latinoamericanos
configura… el hallazgo de la "piedra fundamental" que
estaba escondida y que ha emergido para servir de escenario para
enfrentar y acabar con la pobreza en la
región… "creo que MERCOSUR debe ser una inmensa
herramienta para reducir la pobreza y, por qué no para
eliminarla este siglo y crear hacer aquí una realidad el
sueño de tantos años y el dilema de Perón:
Unidos o Dominados, y aquí estamos uniéndonos para
liberarnos".[30] 

Conclusión

El propósito de nuestro trabajo
fue demostrar la permanencia en el tiempo del proceso integrador,
hoy Mercosur, tanto desde el ideario como en los
intentos.

En relación al ideario,
analizamos a Bolívar, Artigas y Montegudo, quienes
entendieron la necesidad de integración como salida
potable al problema de dependencia.

Por otro lado, rastreamos los distintos
intentos de llegar a la concreción de esta
integración con actores diferentes, desde su contexto
histórico que les era contemporáneo hasta por las
diferencias ideológicas que enarbolaban.

Fuimos recorriendo el proceso de
integración desde sus primeros pasos, con sus marchas y
contramarchas, hasta hoy. Queda claro que, este proceso fue (y
es) muy complejo y que siempre ha tenido defensores y
detractores; queda claro, también, que los detractores ,
muchas veces fue la clase dirigente de turno , con  tanta
trascendencia como para frenar la integración, o al menos
el proyecto, hoy concretado de un mercado común, MERCOSUR,
que consideramos fundamental para el desarrollo de la
región ante la ambición expansionista del el
Imperio estadounidense.

Contrastando el MERCOSUR con la UNION
EUROPEA, es visible la consolidación del "Tiempo
Económico" ( Holzman)[31] como
también la debilidad en los otros aspectos que hacen a una
integración total; porque  ni siquiera en los
países que integran  este bloque latino  se
puede hablar de una unión,  problema tan viejo y tan
vigente, que creemos, ese, el actual desafío de
Latinoamérica.

Por eso sostenemos que: Este proyecto de
integración latinoamericana, puede y debe servir para
empezar a construir un futuro más equitativo y más
justo. De no ser así, se corre el riesgo de
desaprovechar las enormes potencialidades que este proceso de
integración brinda a sus países miembros para
combatir la situación de pobreza extrema en la que se
encuentran millones de personas en el MECOSUR.

Por lo antedicho concordamos con Pablo
Feinman en su artículo[32] "América
Latina, ahora" , cuando sostiene que: "Hoy, América
Latina, tiene una totalización negativa que puede generar
un proyecto político positivo. Nuestro continente esta
"unido" por la "deuda". Esa "unidad negativa" se transforma en
positiva cuando América Latina decide instaurar una unidad
política, económica y cultural", sólo
agregaríamos que tenemos un pasado en común, que
nos une y nos distancia a la vez.

Por eso creemos que el proyecto de
nuestra unidad continental, de nuestra desfragmentación,
nuestro proyecto no-deconstructivo siempre va a estar vigente ya
que en él, está nuestra posibilidad de ser.
Así lo entendieron  Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia,
Uruguay, Ecuador, Venezuela y Argentina  al apostar al
MERCOSUR. Y así lo entendemos nosotras: La fuerza
negociadora de América Latina está en su unidad y
nunca en su fragmentación.

Bibliografía

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Nación y Globalización ",
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Publicaciones
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www.usc.es/bolivar/merco.,
Primeros Pasos del Mercosur

www.rau.edu.uy,
El Mercosur  y su origen

Anexo

  • Congreso de Panamá

Reunión de Repúblicas hispanoamericanas, con
asistencia de observadores de otras naciones, convocada por
Simón Bolívar desde Lima el 7 de diciembre de 1824,
que se celebró en la ciudad de Panamá del
22 de junio al 15 de julio de 1826. La idea de un congreso
anfictiónico se la inspiró a Bolívar el
ejemplo histórico de los antiguos griegos, que
acostumbraban celebrar asambleas con participación de las
ciudades para tratar acerca de asuntos generales, de interés
para todas. La anfictionía aseguraba soluciones que
contaban con un vigoroso apoyo y contribuían a la
concordia entre los pueblos y a la estabilidad de sus
instituciones.

En la Grecia
clásica, la anfictionía significaba un conjunto de
ciudades o repúblicas hermanas, unidas por el idioma y la
cultura comunes alrededor de un santuario u otro lugar notable;
existió, entre otras, la anfictionía de Delfos,
dirigida por un Consejo de 24 miembros, que representaba a las 12
tribus de la región de las Termópilas. Fue el
propio Simón Bolívar quien varias veces
calificó al Congreso de Panamá de
«anfictiónico», en las instrucciones a
Joaquín Mosquera de 1821 y en una carta dirigida a Manuel
Lorenzo de Vidaurre en 1825.

Concluida la gran empresa de la
emancipación de Hispanoamérica, se hacía
necesaria la existencia de un congreso en el que estuvieran
representadas las antiguas colonias de España que
habían alcanzado su libertad, a fin de que como hermanas,
en torno de una misma mesa, discutieran acerca de los asuntos que
les concernían en el plano internacional; éstos
estaban directamente vinculados al afianzamiento de las
conquistas alcanzadas en el campo de la guerra; a la defensa de
sus intereses frente a las potencias que amenazaban con recuperar
sus dominios perdidos en el Nuevo Continente; a robustecer la
amistad entre los
nuevos Estados y a fundamentar sobre sólidos principios la
posesión del territorio y las relaciones
internacionales.

En la mente de Bolívar la idea del Congreso estaba
unida al lugar de reunión, y éste no era otro que
Panamá, por su posición privilegiada en la geografía de
América: de un lado el océano Pacífico, y
del otro el mar de las Antillas, y el istmo como puente entre los
2 hemisferios. El Libertador destacó la importancia de
Panamá en varios de sus documentos, como
ya antes lo había hecho el Precursor Francisco de Miranda.
Además, en los programas de los
2 dirigentes fue tema fundamental la unidad de América
española, vista ésta como una sola gran
nación…

 HISTORIA DE
VENEZUELA,  Fundación
Polar.1991

§        
TRATADO DE ASUNCIÓN

La República Argentina, la República Federativa
del Brasil, la República del Paraguay y la
República Oriental del Uruguay, en adelante denominados
"Estados Partes";

CONSIDERANDO que la ampliación de las actuales
dimensiones de sus mercados nacionales, a través de la
integración, constituye condición fundamental para
acelerar sus procesos de desarrollo
económico con justicia
social;

ENTENDlENDO que ese objetivo debe ser alcanzado mediante el
más eficaz aprovechamiento de los recursos disponibles, la
preservación del medio
ambiente, el mejoramiento de las interconexiones
físicas, la coordinación de las políticas
macroeconómicas y la complementación de los
diferentes sectores de la economía, con base en los principios de
gradualidad, flexibilidad y equilibrio;

TENIENDO en cuenta la evolución de los acontecimientos
internacionales, en especial la consolidación de grandes
espacios económicos y la importancia de lograr una
adecuada inserción internacional para sus
países;

EXPRESANDO que este proceso de integración constituye
una respuesta adecuada a tales acontecimientos;

CONCIENTES de que el presente Tratado debe ser considerado
como un nuevo avance en el esfuerzo tendiente al desarrollo en
forma progresiva de la integración de América
Latina, conforme al objetivo del Tratado de Montevideo de
1980;

CONVENCIDOS de la necesidad de promover el desarrollo
científico y tecnológico de los Estados Partes y de
modernizar sus economías para ampliar la oferta y la
calidad de los
bienes y
servicios disponibles a fin de mejorar las condiciones de vida de
sus habitantes;

REAFIRMANDO su voluntad política de dejar establecidas
las bases para una unión cada vez más estrecha
entre sus pueblos, con la finalidad de alcanzar los objetivos
arriba mencionados,

ACUERDAN:

TRATADO DE ASUNCION

CAPITULO I

PROPOSITOS, PRINCIPIOS E INSTRUMENTOS

Artículo 1

Los Estados Partes deciden constituir un Mercado Común,
que deber estar conformado al 31 de diciembre de 1994, el que se
denominará "Mercado Común del Sur" (MERCOSUR).

Este Mercado Común implica

– La libre circulación de bienes, servicios y factores
productivos entre los países, a través, entre
otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y
restricciones no arancelarias a la circulación de
mercaderías y de cualquier otra medida equivalente;

– El establecimiento de un arancel externo común y la
adopción
de una política comercial común con relación
a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la
coordinación de posiciones en foros
económico-comerciales regionales e internacionales;

– La coordinación de políticas
macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes: de
comercio
exterior, agrícola, industrial, fiscal,
monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de
transportes y comunicaciones
y otras que se acuerden, a fin de asegurar condiciones adecuadas
de competencia entre
los Estados Partes;

– El compromiso de los Estados Partes de armonizar sus
legislaciones en las áreas pertinentes, para lograr el
fortalecimiento del proceso de integración.

Artículo 2

El Mercado Común estará fundado en la
reciprocidad de derechos y obligaciones
entre los Estados Partes.

Artículo 3

Durante el período de transición, que se
extenderá desde la entrada en vigor del presente Tratado
hasta el 31 de diciembre de 1994, y a fin de facilitar la
constitución del Mercado Común, los Estados Partes
adoptan un Régimen General de Origen, un Sistema de
Solución de Controversias y Cláusulas de
Salvaguardia.

Artículo 4

En las relaciones con terceros países, los Estados
Partes asegurarán condiciones equitativas de comercio. A
tal efecto, aplicarán sus legislaciones nacionales para
inhibir importaciones cuyos precios
estén influenciados por subsidios, dumping o
cualquier otra práctica desleal. Paralelamente, los
Estados Partes coordinarán sus respectivas
políticas nacionales, con el objeto de elaborar normas
comunes sobre competencia comercial.

Artículo 5

Durante el período de transición, los
principales instrumentos para la constitución del Mercado
Común serán:

a) Un Programa de Liberación Comercial, que
consistirá en rebajas arancelarias progresivas, lineales y
automáticas, acompañadas de la eliminación
de restricciones no arancelarias o medidas de efectos
equivalentes, así como de otras restricciones al comercio
entre los Estados Partes, para llegar al 31 de diciembre de 1994
con arancel cero, sin restricciones no arancelarias sobre la
totalidad del universo
arancelario;

b) La coordinación de políticas
macroeconómicas que se realizará gradualmente y en
forma convergente con los programas de desgravación
arancelaria y de eliminación de restricciones no
arancelarias indicados en el literal anterior;

c) Un arancel externo común, que incentive la competitividad
externa de los Estados Partes;

d) La adopción de acuerdos sectoriales, con el fin de
optimizar la utilización y movilidad de los factores de
producción y de alcanzar escalas operatívas
eficientes.

Artículo 6

Los Estados Partes reconocen diferencias puntuales de ritmo
para la República del Paraguay y para la República
Oriental del Uruguay, las que constan en el Programa de
Liberación Comercial.

Artículo 7

En materia de impuestos, tasas
y otros gravámenes internos, los productos originarios del
territorio de un Estado Parte gozarán, en los otros
Estados Partes, del mismo tratamiento que se aplique al producto
nacional.

Artículo 8

Los Estados Partes se comprometen a preservar los compromisos
asumidos hasta la fecha de la celebración del presente
Tratado, inclusive los acuerdos firmados en el ámbito de
la Asociación Latínoamericana de
Integración, y a coordinar sus posiciones en las
negociaciones comerciales externas que emprendan durante el
período de transición. Para ello:

a) Evitarán afectar los intereses de los Estados Partes
en las negociaciones comerciales que realicen entre sí
hasta el 31 de diciembre de 1994;

b) Evitarán afectar los intereses de los demás
Estados Partes o los objetivos del Mercado Común en los
acuerdos que celebraren con otros países miembros de la
Asociación Latínoamericana de Integración
durante el período de transición;

c) Celebrarán consultas entre sí siempre que
negocien esquemas amplios de desgravación arancelaria
tendientes a la formación de zonas de libre comercio con
los demás países miembros de la Asociación
Latínoamericana de Integración;

d) Extenderán automáticamente a los demás
Estados Partes cualquier ventaja, favor, franquicia,
inmunidad o privilegio que concedan a un producto originario de o
destinado a terceros países no miembros de la
Asociación Latínoamericana de
Integración.

CAPÍTULO II

ESTRUCTURA ORGÁNICA

Artículo 9

La Administración y ejecución del
presente Tratado y de los acuerdos específicos y
decisiones que se adopten en el marco jurídico que el
mismo establece durante el período de transición,
estará a cargo de los siguientes órganos:

a) Consejo del Mercado Común

b) Grupo Mercado Común.

Artículo 10

El Consejo es el órgano superior del Mercado
Común, correspondiéndole la conducción
política del mismo y la toma de
decisiones para asegurar el cumplimiento de los objetivos y
plazos establecidos para la constitución definitiva del
Mercado Común.

Artículo 11

El Consejo estará integrado por los Ministros de
Relaciones Exteriores y los Ministros de Economía de los
Estados Partes.

Se reunirá las veces que estime oportuno, y por lo
menos una vez al año lo hará con la
participación de los Presidentes de los Estados
Partes.

Artículo 12

La Presidencia del Consejo se ejercerá por
rotación de los Estados Partes y en orden
alfabético, por períodos de seis meses.

Las reuniones del Consejo serán coordinadas por los
Ministros de Relaciones Exteriores y podrán ser invitados
a participar en ellas otros Ministros o autoridades de nivel
ministerial.

Artículo 13

El Grupo Mercado Común es el órgano ejecutivo
del Mercado Común y será coordinado por los
Ministerios de
Relaciones Exteriores.

El Grupo Mercado Común tendrá facultad de
iniciativa. Sus funciones
serán las siguientes:

– velar por el cumplimiento del Tratado;

– tomar las providencias necesarias para el cumplimiento de
las decisiones adoptadas por el Consejo;

– proponer medidas concretas tendientes a la aplicación
del Programa de Liberación Comercial, a la
coordinación de políticas macroeconómicas y
a la negociación de acuerdos frente a
terceros;

– fijar el programa de trabajo que asegure el avance hacia la
constitución del Mercado Común.

El Grupo Mercado Común podrá construir los
Sub-grupos de Trabajo que fueren necesarios para el cumplimiento
de sus cometidos. Inicialmente contará con los Sub-grupos
mencionados en el Anexo V. El Grupo Mercado Común
establecerá su Reglamento interno en el plazo de 60
días a partir de su instalación.

Artículo 14

El Grupo Mercado Común estará integrado por
cuatro miembros titulares y cuatro miembros alternos por
país, que representen a los siguientes organismos
públicos:

– Ministerio de Relaciones Exteriores;

– Ministerio de Economía o sus equivalentes
(áreas de Industria,
Comercio Exterior y/o Coordinación Económica);

Banco
Central.

Al elaborar y proponer medidas concretas en el desarrollo de
sus trabajos, hasta el 31 de diciembre 1994, el Grupo Mercado
Común podrá convocar, cuando así lo juzgue
conveniente, a representantes de otros organismos de la Administración
Pública y del Sector Privado.

Artículo 15

El Grupo Mercado Común contará con una
Secretaría Administrativa, cuyas principales funciones
consistirán en la guarda de documentos y comunicación de actividades del mismo.
Tendrá su sede en la ciudad de Montevideo.

Artículo 16

Durante el período de transición las decisiones
del Consejo del Mercado Común y del Grupo Mercado
Común serán tomadas por consenso y con la presencia
de todos los Estados Partes.

Artículo 17

Los idiomas oficiales del Mercado Común serán el
español y
el portugués y la versión oficial de los documentos
de trabajo será la del idioma del país sede de cada
reunión.

Artículo 18

Antes del establecimiento del Mercado Común, el 31 de
diciembre de 1994, los Estados Partes convocarán a una
reunión extraordinaria con el objeto de determinar la
estructura
institucional definitiva de los órganos de administración del Mercado Común,
así como las atribuciones específicas de cada uno
de ellos y su sistema de adopción de decisiones.

CAPITULO III

VIGENCIA

Artículo 19

El presente Tratado tendrá duración indefinida y
entrará en vigor 30 días después de la fecha
de depósito del tercer instrumento de ratificación.
Los instrumentos de ratificación serán depositados
ante el Gobierno de la República del Paraguay que
comunicará la fecha de depósito a los gobiernos de
los demás Estados Partes. El Gobierno de la
República del Paraguay notificará al Gobierno de
cada uno de los demás Estados Partes la fecha de entrada
en vigor del presente Tratado.

CAPITULO IV

ADHESION

Artículo 20

El presente Tratado estará abierto a la
adhesión, mediante negociación, de los demás
países miembros de la Asociación
Latínoamericana de Integración, cuyas solicitudes
podrán ser examinadas por los Estados Partes
después de cinco años de vigencia de este Tratado.
No obstante, podrán ser consideradas antes del referido
plazo las solicitudes presentadas por países miembros de
la Asociación Latinoamericana de Integración que no
formen parte de esquemas de integración subregional o de
una asociación extraregional. La aprobación de las
solicitudes será objeto de decisión unánime
de los Estados Partes.

CAPITULO V

DENUNCIA

Artículo 21

El Estado Parte que desee desvincularse del presente Tratado
deberá comunicar esa intención a los demás
Estados Partes de manera expresa y formal, efectuando dentro de
los sesenta (60) días la entrega del documento de denuncia
al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República del
Paraguay que lo distribuirá a los demás Estados
Partes.

Artículo 22

Formalizada la denuncia, cesarán para el Estado
denunciante los derechos y obligaciones que correspondan a su
condición de Estado Parte, manteniéndose los
referentes al programa de liberación del presente Tratado
y otros aspectos que los Estados Partes, junto con el Estado
denunciante, acuerden dentro de los sesenta (60) días
posteriores a la formalización de la denuncia Esos
derechos y obligaciones del Estado denunciante continuarán
en vigor por un período de dos (2) años a partir de
la fecha de la mencionada formalización.

CAPITULO VI

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 23

El presente Tratado se denominará "Tratado de
Asunción".

Artículo 24

Con el objeto de facilitar el avance hacia la
conformación del Mercado Común se
establecerá una Comisión Parlamentaria Conjunta del
MERCOSUR. Los Poderes Ejecutivos de los Estados Partes
mantendrán informados a los respectivos Poderes
Legislativos sobre la evolución del Mercado Común
objeto del presente Tratado.

HECHO en la ciudad de Asunción, a los veintiséis
días del mes de marzo del año mil novecientos
noventa y uno, en un original en los idiomas español y
portugués, siendo ambos textos igualmente
auténticos. El Gobierno de la República el Paraguay
será el depositario del presente Tratado y enviará
copia debidamente autenticada del mismo a los Gobiernos de los
demás Estados Partes signatarios y adherentes.

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA ARGENTINA

Carlos Saúl Menem; Guido di
Tella

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA FEDERATIVA DEL BRASIL

Fernando Collor; Francisco Rezek

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA DEL PARAGUAY

Andrés Rodríguez; Alexis Frutos Vaesken

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

Luis Alberto Lacalle Herrera; Héctor Gros Espiell.

§        
Tratado del ABC

Denominado con la sigla ABC (Argentina,
Brasil, Chile), el 17 de mayo, Cancilleres y Embajadores se
reunieron en Santiago de Chile y posteriormente, el 25 de mayo,
en Buenos Aires, donde procedieron a firmar el Tratado ABC, el
cual consagraba la solución pacífica de eventuales
controversias internacionales. Si bien, no conllevaba intenciones
integracionistas, el Tratado ABC fue el primer acercamiento
formal entre los tres países que serviría de base
para futuros encuentros.

 

 

 

Autoras:

Verónica Carmen
Mendizábal

María Valeria Lerda

Córdoba, Argentina

2004

[1]
http://www.estudiosavanzadosinter@ctivos
,Desde la Periferia y para el mundo a Leopoldo Zea en sus 90
años ,DEVES VALDES Eduardo

[2]
Ver en anexo

[3] De
la Vega J. C. , "Diccionario Consultor Político" ,
Librograf . , Colombia  Agosto de 1996

[4]
http://www.monografias.com , Las
limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los
procesos de integración: El caso de mercosur ,

Adolfo Barrera Fuentealba
Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión
publica con mención en RR.II., Universidad Central de
Chile.,  Julio de 2003

[5]
Ibid. anterior

[6]
Ibid. anterior

[7]
Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación
a los procesos de integración: El caso de mercosur
,
Adolfo Barrera Fuentealba  Op. Cit.

[8]
Ibid. anterior

[9]
Ibid. anterior

[10]
De la Vega J. C. , Op. Cit.

[11]
Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación
a los procesos de integración: El caso de mercosur
,
Adolfo Barrera Fuentealba  Op. Cit.

[12]
http://www.monografías.com 
Javier A. Vitale Gutierrez, " Integración : ¿La
utopia americana? Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales , Universidad Nacional de Cuyo

[13]  http://www.monografías.com 
Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit.

[14] Agencia de Noticias Nueva
Colombia
,     
www.anncol.com , "El
tiempo de El Libertador" . Quintanilla Carlos ,
23-07-2003

[15]
Ver anexo : Congreso de Panamá: HISTORIA DE
VENEZUELA, Fundación Polar.1991 


[16]Ibid  nota al
pie nº 13

[17]
http://www.monografías.com  Javier A. Vitale
Gutierrez, Op. Cit.

[18]
www.usc.es/bolivar/merco

[19]
Ibid nota al pie nº 17

[20]
ver anexo

[21]
Ibid nota al pie nº 19

[22]
http://www.monografías.com 
Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit

[23]
Caillet Bois, María Elena: "Los Argentinos ¿Por
qué estamos cómo estamos? El siglo XX 
bajo la lupa" , U.C.I.,Área Educación  a
distancia ,U.N.C.2004

[24]
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC)
Esta asociación se instituye por el tratado de
Montevideo del 18 de Febrero de 1960. Su objetivo es
establecer una zona de libre comercio entre los países
signatarios que son : Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia,
Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay
y Venezuela. En 1976 chile se retiró del Tratado.

El objetivo de ALALC es
crear un mercado común latinoamericano con el fin de
integrar y fomentar la economía de los países
miembros. Uno de los compromisos es eliminar durante 12
años en forma progresiva, los gravámenes
aplicados al comercio recíproco. De la Vega J. C. ,
"Diccionario Consultor Político" , Librograf . ,
Colombia  Agosto de 1996

[25]
Asociación Latinoamericana de Integración
(ALADI) En agosto de 1980 los países miembros de la
ALALC decidieron formar una nueva Organización cuyo
nombre respondiera con mayor fidelidad a sus objetivos.
Quedó en consecuencia constituída la ALADI que
sustituye a la anterior y tiene como finalidad el intercambio
y la progresiva integración económica. De la
Vega J. C. , "Diccionario Consultor Político" ,
Librograf . , Colombia  Agosto de 1996

[26]
http://www.monografías.com  Javier A. Vitale
Gutierrez, Op. Cit

[27]
Ibid anterior

[28]
http://www.monografías.com 
Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit

[29]
Ibid anterior

[30]
www.rnv.gov.ve/noticias,
Radio Nacional de Venezuela. 8-7-2004

[31]
https://www.monografias.com , Las
limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los
procesos de integración: El caso de mercosur ,

Adolfo Barrera Fuentealba
Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión
publica con mención en RR.II., Universidad Central de
Chile.,  Julio de 2003

[32]
Publicado en el Diario Página 12, del día
18-10-2003

Partes: 1, 2
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